Uff, buena pregunta.
En mi caso, como profesor de educación secundaria, y
puesto que los alumnos con los que interactúo ya tienen un amplio bagaje por el
sistema educativo, caben los siguientes casos:
- Alumno
con TDAH, diagnosticado con TDAH: Las familias ya están ampliamente
informadas acerca del transtorno. Se intercambia información y opiniones
con la familia, se acercan posturas y se establece un protocolo de actuación
conjunto con reuniones periódicas para evaluar los logros y/o fracasos y,
en caso necesario, introducir modificaciones al protocolo acordado. Por
parte del profesor se informa de los recursos con los que cuenta el
centro: Orientador (y su saturación de trabajo) y PTs (con los que se
puede trabajar si el orientador lo considera oportuno). Se reza para que
las familias estén tan implicadas y sean tan responsables como te han
comentado en las reuniones.
- Alumno
sospechoso de TDAH, sin diagnóstico de TDAH: Normalmente, se trata de
alumnos con toda la pinta de TDAH, pero que gracias a la gran labor de los
padres en casa y la candidez de algún maestro, han logrado llegar a la ESO
sin suspender. Y, en 1º de la ESO, claro, se estrellan. Se pide
información a la familia. Se comenta si en ciclos inferiores algún
profesor, tutor, orientador,… sugirió la posibilidad de evaluación del
alumno por sospechar un transtorno por déficit de atención. En caso de ser
así, se le dice a la familia que lo lleven a un centro especializado para
que evalúen al niño (el instituto cuenta con orientador pero está
desbordado y tiene otros casos más urgentes que atender). En caso de que
nadie haya mencionado nada antes, simplemente, se le comenta que se le
derivará al orientador para descartar la posibilidad de TDAH (al fin y al
cabo, uno solo es un triste profesor). Se pide audiencia al orientador
(cada vez quedan menos en los institutos y tienen que atender a más
chavales). Si lo haces en octubre, con un poco de suerte te atiende en Junio.
Para entonces el chaval se ha estrellado y ha perdido un año. Al año
siguiente a mí me transladan de centro y pierdo la pista de la familia y
del chaval.
- Alumno
sospechoso de TDAH, con diagnóstico de no TDAH: A persar de tus
sospechas, el orientador descarta que el alumno sea TDAH. Existe una
injustificada falta de atención en clase, pero nadie te da respuestas. Te
quedas con la sensación de no entender nada y a la vez de ser un alarmista
ignorante (recuérdese que me costó un montón conseguir el preciado tiempo
del orientador).
- Alumno
diagnosticado con TDAH, que no tiene TDAH ni de lejos. Caben dos
posibilidades:
- Éxito
(este año tengo uno): Como la problemática del chaval es otra distinta,
su fracaso en el colegio se debió a otras circunstancias. Escuchas los
lamentos de los padres por haber medicado a su hijo sin ninguna
necesidad. Tú les informas que la adaptación de su hijo al instituto ha
sido la adecuada. Que no es el mejor alumno de la clase pero que atiende,
trabaja y aprueba. Como todo va sobre ruedas, de común acuerdo, tutor,
familia y PT deciden probar a sacarle del programa de refuerzo que se
realiza con los alumnos ACNEE. Se integra en el aula y va aprobando todas
las asignaturas. Uno se queda con cara de tonto porque resulta que hay
otros chavales que necesitan trabajar con el PT y no pueden hacerlo por
temas “burocráticos”.
- Fracaso
(tuve uno clamoroso hace un par de años): Profesores y orientadores
“dudan” de que el alumno tenga TDAH. La familia peregrina de psiquiatra
en psiquiatra hasta que dan con uno que diagnostica al alumno con TDAH.
La familia por fin encuentra la excusa perfecta para consentir la tiranía
y ausencia total de normas de su vástago. Se sugiere a la familia que, ya
que su hijo es un alumno con TDAH, se le lleve a un centro para adoptar
medidas terapéuticas. Entre el coste en tiempo y en dinero que resulta
semejante petición y las trabas del alumno, se desoyen las indicaciones
de profesor y orientador. Van pasando las evaluaciones. Resultado:
Acumulación de expulsiones por faltas graves de conducta y todas las
asignaturas suspensas.
Conclusión:
Al profesorado de secundaria nos falta formación superior y, por ende,
autoridad en la materia, como no puede ser, además, de otra manera. Sólo
podemos aportar nuestra intuición (basada principalmente en la experiencia y
algo de información/formación que nos hemos preocupado de ir adquiriendo) y
poner en alerta (con la boca muy pequeña) al resto de la comunidad educativa
ante la sospecha de algún problema. Y aunque pedimos ayuda a nuestros
compañeros orientadores (más avezados en estos asuntos), últimamente, nos
encontramos con la escasez de medios humanos suficientes para poder ser
atendidos adecuadamente.
En cualquier caso, podemos hacer uso y sacar información de diversos medios. A continuación, muestro algunos enlaces de interés:
- Entrada del blog de Maria del Carmen Chaves Garcia que nos orienta acerca de la interacción entre educadores y familias: http://mariadelcarmenchavesgarcia1983.blogspot.com.es/2013/11/tdahfamilias.html
- Vídeo sobre TDAH http://www.youtube.com/watch?v=Hf3UDfp-qUs&feature=share
- Página web con un amplio catálogo de materiales, estrategias e información sobre el TDAH: http://www.tdahytu.es